MANUEL BEA MARTÍNEZ Y PALOMA LANAU HERNÁEZ (COORDS.)
El arte rupestre es uno de los elementos de la cultura material más singulares que nos han legado las sociedades prehistóricas. Gracias a estas expresiones gráficas contamos con información sobre aspectos de la vida de nuestros antepasados imposible de obtener a través de otros restos, especialmente en lo relativo a su ideología. Muchos de los conjuntos rupestres contenidos en este corpus tienen un destacado interés, pues forman parte del bien denominado Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. El Alto Aragón atesora un buen número de manifestaciones artísticas de épocas muy diferentes, desde el Paleolítico superior hasta momentos prehistóricos (y quizá plenamente históricos) recientes.
La amplitud geográfica y cronológica del fenómeno rupestre en tierras altoaragonesas, así como ciertas singularidades temáticas, son abordadas en este volumen de forma sistemática por especialistas en diversos campos de estudio. Junto a esa visión global, se ofrece un exhaustivo y actualizado catálogo en el que se sintetiza lo que conocemos acerca de los conjuntos rupestres de la provincia, de modo que esta obra puede entenderse también como una verdadera guía a uno de los museos abiertos al aire libre más destacados de Aragón.
Todo ello sin perder de vista una doble perspectiva humana que articula el libro y que pretende servir tanto de reconocimiento a los artistas que colgaron sus cuadros en los abrigos de nuestra tierra como de sentido homenaje al equipo del Museo de Huesca, y especialmente a Vicente Baldellou, cuya labor ha consolidado la importancia del núcleo altoaragonés en el panorama peninsular.