Por primera vez, todos los ensayos políticos de Henry David Thoreau en un único volumen. Porque ante las leyes mordaza, los recortes y las amenazas de todo tipo, lo que toca es desobedecer.
Este libro es la primera antología que se publica en castellano de los escritos políticos de Henry David Thoreau: incluye importantes textos inéditos, otros poco conocidos y, por supuesto, sus ensayos clásicos y fundamentales, todos ellos en una nueva y excelente traducción. Siempre es un buen momento para leer a Thoreau, no lo duden. Pero los editores de este volumen creemos que el clima político y social que estamos viviendo invita encarecidamente a acercarse a este autor y su pensamiento político. En los últimos años, hemos visto cómo se alzan leyes que ilegalizan la desobediencia democrática y la resistencia pasiva, cómo el Estado se resiste con mayor ahínco a garantizar los derechos y libertades elementales del ciudadano, cómo los gobiernos siguen ignorando sus apremiantes responsabilidades en el ámbito ecológico
Todas éstas fueron, precisamente, las grandes inquietudes de Thoreau, las grandes preguntas que lanzó a su tiempo y al nuestro: ¿cuál es el fundamento y el límite de la obediencia de los ciudadanos con relación a la autoridad política?, ¿puede justificar la libertad el uso de la violencia?, ¿cuáles son nuestras verdaderas necesidades y quién debe garantizarlas? En términos políticos, Thoreau fue sin duda un disidente e impregnó sus escritos con una fuerza tonificante que, aún hoy, anima nuestro propio espíritu de la resistencia y mantiene nuestra guardia en alto. A la manera de la famosa divisa de Walden, «simplifica, simplifica», la propuesta de Thoreau, que es una propuesta fundamentalmente política, es simple, en el mejor sentido de la palabra: nos sugiere rechazar las falsas bondades de la civilización (la riqueza, el poder, el industrialismo, el éxito, el intelectualismo) y acercarnos a los verdaderos dones de la naturaleza (la sencillez, la sobriedad, la belleza, la imaginación, la autonomía, la vida). Y la excepcionalidad de Thoreau reside en haber llevado a cabo esta propuesta no tanto por medio de un sistema filosófico como de una auténtica vida filosófica: pensaba aquello que vivía y vivía tal como pensaba.