Sófocles murió a causa de una alegría, los habitantes de la isla de Delos se afeitaban la cabeza a la muerte de sus parientes y el luto duraba hasta que los cabellos habían recuperado su longitud habitual, el guardia del cementerio marino de Sète adiestró a su perro para que acompañase a los visitantes hasta la tumba de Paul Valéry, el emperador Adriano hizo matar a su arquitecto porque sabía más que él sobre arquitectura y los indios de la Guayana bebían un licor elaborado con la ceniza de sus muertos.
A lo largo de la historia, la muerte ha generado a su alrededor una rica constelación de anécdotas, datos y extravagancias. Desde argots, epitafios, jurisdicciones y últimas palabras hasta rituales, condenas, alegorías y tradiciones, este diccionario reúne una amplia selección de palabras vinculadas a la muerte que abarcan temas tan diversos como la filosofía, el arte, la antropología, la demografía o la moral.