¿Quién ha oído hablar alguna vez de una perrita pintora? El destino de Ecoline es convertirse en una perra guardiana, pero en lugar de proteger la granja se entretiene pintando. Este pasatiempo la lleva a exiliarse del campo a un París en plena efervescencia. La Exposición Universal se acerca a pasos agigantados y la capital debe estar impecable para recibir a los visitantes de todo el mundo! Sindinero ni collar, Ecoline tiene que encontrar una solución o la volverán a expulsar. Cree que tiene una oportunidad en la Ciudad de la Luz, donde todo el mundo habla de estos nuevos artistas, los impresionistas, y Ecoline decide vender sus cuadros. Pero... ¿Está el público dispuesto a admirar a una perra pintora?