¿Por qué los animales perciben unos rasgos como bellos y otros no? ¿Existe una "estética sexual" inherente a cada especie? ¿Y qué ocurre con los humanos? Michael J. Ryan, una de las voces más autorizadas del mundo sobre comportamiento animal, retoma la senda iniciada por Darwin y nos descubre que la respuesta a estas preguntas debe buscarse en el cerebro -sobre todo, en el de las hembras.