Este libro tiene dos objetivos. Por un lado, vincular la trayectoria de la pintura novohispana con las colecciones del Museo del Prado a través de un diálogo entre tópicos, transferencias y simultaneidades; por otro, entender las inflexiones de la tradición pictórica local mediante el análisis de la producción artística de cuatro figuras nodales, concretamente tres artistas peninsulares emigrados a la capital del virreinato y uno de origen criollo el vascongado Baltasar de Echave Orio, el sevillano Sebastián López de Arteaga, el mexicano Juan Rodríguez Juárez y el valenciano Rafael Ximeno y Planes. Cada uno de ellos no solo representa de manera sucesiva un nuevo planteamiento en la teoría y práctica de la pintura virreinal, sino también la posibilidad de reconfiguración de una «alteridad cultural», fruto de la incorporación del gusto y las expectativas del lugar.