Este libro presenta 45 recorridos circulares carentes de dificultades o exigencias técnicas. Rutas al alcance de todos que, además, nos permiten disfrutar de más paisajes y perspectivas gracias a que van y vuelven por caminos diferentes. Se trata de excursiones y ascensiones que, en general, podrmos acometer todo el año. Es verdad que los bosques de Soila, Itxina, Artikutza o el barranco del Suspiro (Bertiz) son muy apropiados para el otoño. Para los meses gríos de invierno podemos elegir las rutas más cercanas a la costa: Ogoño, monte Emua en Gortiz, el macizo de Pagoeta o Mitxitxola dese Pasai Donibane, con el despertar de la naturaleza y a fin de gozar plenamente por praderas y colinas tenemos opciones comoe el valle de Harana, Oriol, Montenegro, Txulato, humedad de Saldropo, Illunzar, Adarra, Lokiz o el desfiladero del Purón. Y quizás sea el verano el momento para las ascensiones a las cotas más altas, aprovechando que los días son más largos y la luz más intensa. Hablamos de montañas tan clásicas como Toloño, Artzanburu, Orhi o Lakhura, y de otras menos conocidas, como Elimende, Bachicabo, Unamendi o Imeleku.