La Celtiberia de las fuentes romanas (celtiberi: celtas de Iberia) se pierde luego en las brumas del mito. Sobre la koiné lengua común celtibérica cabalga un territorio sobre la cordillera Ibérica, mordiendo al oeste la Central. Ese histórico mundo interior, identitario, lo comparten Aragón, las dos Castillas y La Rioja en ocho provincias. En esas sierras, alcarrias, páramos, valles, depresiones y gargantas hay restos del poblamiento celtibérico que, en su esplendor, superó el Ebro y los lindes de la (Celt) Ibérica, extendiéndose a etnias vecinas («celtiberización»).La romanización acabará con ello, mas quedará su condición de frontera: entre lo céltico, vascón e ibérico, Hispania Citerior y Ulterior, al-Ándalus y las «extremaduras» cristianas, entre comunidades autónomas y provincias pobladas y despobladas.
A lo largo de 456 páginas, ilustradas con más de 700 imágenes, un elenco de autores especialistas en cada materia (geografía; naturaleza y paisaje; arqueología; historia; arte; etnología; literatura e imaginarios; personajes y paisanaje) profundizan y proponen destinos y recorridos por este país imaginario de la Celtiberia.