Israel es un destino verdaderamente apasionante para los amantes de la historia, y sin duda ineludible para el peregrino católico, pues en esta latitud vivió y murió Jesús de Nazareth y tuvieron lugar muchos de los hechos narrados en el Antiguo Testamento, en lo que hoy se considera Tierra Santa. Jerusalén, disputada por muchos pueblos a lo largo de la historia, es sin duda una de las ciudades más bellas y especiales del mundo. Es mucho lo que Israel ofrece al visitante en tan poca extensión: la costa mediterránea cuenta con hermosas playas, entre las que destacan las de la hedonista y moderna ciudad de Tel Aviv, además de fascinantes visitas históricas como Cesarea y San Juan de Acre. La región de Galilea, escenario de casi toda la vida de Jesús, sorprende más allá de la devoción por la tranquila belleza del lago Tiberíades. El desértico sur israelí ofrece las aguas del mar Muerto, en las que los cuerpos flotan. Para relajarse en las playas del mar Rojo, en frontera egipcia, está la moderna ciudad de Eilat, con todas las comodidades y actividades de un moderno resort turístico.