Los faros costeros acostumbran a situarse en escenarios impresionantes, asomados a las aguas bravas, ajenos al vértigo que procuran los acantilados. Son señores de la noche, momento en el que despliegan sus luces danzantes, con ritmo marcado, salvadoras e imprescindibles, que nos conducen a buen puerto. El autor ha completado una atractiva travesía, desde Getxo, en Bizkaia, hasta Biarritz, en Lapurdi, de faro en faro, una propuesta ligada a la costa vasca. Por ese camino agradable y con aires salobres, nos toparemos con la historia de su mar y de sus pueblos.