En el siglo VIII hunden sus raíces las tres Monarquías históricas ¿de Castilla, de Aragón y de Navarra¿ que en el tránsito del Medioevo a la Modernidad confluyeron en la creación de la Monarquía de España, que hoy representa su Majestad D. Felipe VI de Borbón.
La monografía trata del surgimiento y desarrollo de poderes políticos, nacidos a lo largo del siglo VIII, desde el Finisterre galaico, al cabo de las Santas Creus. Algún lector se preguntará por qué a estas páginas no les he dado el título de «La Reconquista, los orígenes». La respuesta es sencilla: porque sus protagonistas no buscaban reconquistar ni un reino ni una monarquía, recientemente destruidos por un invasor extranjero y musulmán. Lo que querían era conquistar, construir, unas nuevas soberanías, que se sustentasen en la única institución que todos creían que persistía: la Iglesia y su Fe católica. Estas lindes cronológicas y geográficas no eliminan la primacía temporal astur, en todo caso no anterior al 734; pero sí la colocan en un escenario más creíble, menos enlazado con la destruida Monarquía goda, y más vinculado con procesos políticos de allende los Pirineos. De modo que una de las conclusiones más novedosa si no revolucionaria sea situar en un primer plano los modelos políticos Carolingios para la creación y primera evolución de lo que será la Monarquía astur, desde los originales principados a imitación de las mayordomías de palacio francas, como al refrendo del nuevo titular regio con la ceremonia de la unción. En los territorios pirenaicos precisiones geográficas y etnográficas permiten ofrecer un cuadro más complejo y nuevo, con dinastías euskadunas y muladíes, y el determinante avance Carolingio.
El libro se dedica a la memoria de D. Claudio Sánchez Albornoz (1893-1984) y de D. Ramón d¿Abadal i Vinyals (1888-1970). Ambos amaron la libertad y a España, además de a su patria chica, Ávila y Vich.