El joven y orondo profesor de griego Selwyn Potter se encuentra en la isla de Thasos a un antiguo catedrático, el pomposo, egocéntrico, asocial y maleducado Percival Challoner, que finge no conocerlo. Se dirige a la misteriosa isla de Keritha, alejada de cualquier ruta turística y donde los forasteros no son bienvenidos, para tomar posesión de la herencia de unos tíos suyos que, de manera muy molesta, resultaban ser más jóvenes que él Challoner odia esa clase de extravagancias-. Su conocimiento del griego clásico es tan grande como su ignorancia del moderno, por lo que Potter se ofrece a continuar viaje con él haciendo labores de traductor. Así ambos se embarcan en un minúsculo bote cargado de varias cajas de Coca-Cola y una cabra con destino a Keritha.