Han transcurrido más de cuarenta años desde el fin del régimen de Franco (1939-1975) y ya son muchos más de la mitad los ciudadanos nacidos después de que el dictador dejara de existir. Aunque el debate sobre su figura continúa abierto, los perfiles de aquel sistema político están cada vez más desdibujados, hasta el punto de que cada cual tiende a condenarlo (o bendecirlo) a partir de la idea que se ha hecho de él conforme a los estereotipos que convienen a sus creencias e intereses actuales. Los rastros del imperio, sirviéndose de las huellas que han quedado impresas en las películas de ficción de la primera década del franquismo, trata de identificar cuáles fueron las notas que caracterizaron el pensamiento de aquel régimen y la forma (el envase) en que fueron servidas al gran público para su consumo. Este rastreo se lleva a cabo analizando los géneros que fueron más característicos de este cine ideológico (películas de cruzada, cine histórico, dramas decimonónicos, películas de misioneros ), así como los ajustes que se fueron llevando a cabo para hacer coincidir los mensajes lanzados desde el cine con las sucesivas adaptaciones que iba realizando el Régimen para adecuarse a un contexto internacional que, a la postre, acabaría siéndole razonablemente propicio, lo que contribuiría a su perpetuación en el tiempo.