El Alto Aragón posee un paisaje excepcional, resultado de miles de años de erosión y cambio. Los megalitos son piedras que nos hablan, que nos cuentan desde su posición una historia; hay que pararse a escuchar y solo el buen observador se dará cuenta de esta comunicación que, aunque parezca extraño, fue el objetivo principal de estas estructuras megalíticas en su origen: dejar claro que allí había unas gentes con una cultura y unos sentimientos hacia sus antepasados que duraron cientos de años. Para mí son más que simples objetos inanimados, transmiten tantas emociones como puede transmitir un ser vivo y, por ello, hay que aprender a respetarlas. Ya sea en forma de dolmen, círculo de piedras o pequeña cista, su función fue funeraria. Espero que el visitante que recorra estos paisajes en busca de estas fantásticas estructuras, al igual que yo en el momento de realizar la guía que tienes en tus manos, disfrute de su belleza y comprenda lo que nos cuentan estas piedras, ahora tan desamparadas, pero sin duda de un valor incalculable.