La isla de La Gomera es de naturaleza volcánica. Sus peculiaridades geológicas han hecho de ella un escenario volcánico singular y de sus elementos distintivos surgieron términos volcánicos del lenguaje universal.
El valor paisajístico fue reconocido desde hace más de 65 años, como un espacio único a proteger, objetivo que se consiguió cuando se declaró la zona central culminante de la isla como Parque Nacional de Garajonay en el año 1981. En 1986, la UNESCO lo incluyó entre los bienes que forman parte del Patrimonio de la Humanidad.