Los Picos de Europa presentan un relieve montañoso escarpado y abrupto, con profundas gargantas, valles estrechos y cimas elevadas que superan los 2.500 metros. Destacan por su gran variedad geológica, incluyendo calizas moldeadas por la erosión kárstica, la cual cosa crea cuevas y simas. Los desfiladeros, como el del Cares, y la suya vegetación adaptada a la altitud recogen la diversidad ecológica de la región, bajo la protección del Parque Nacional.