A mediados del siglo xix el paisaje urbano de Barcelona experimentó una renovación sustancial relacionada con el uso de nuevos materiales en la construcción y la decoración de las fachadas de los edificios. Tarrés es el apellido de una saga de artesanos e industriales de la cerámica que, desde entonces y hasta los años treinta del siglo xx, puso su experiencia y capacidad de innovación al servicio de la creación arquitectónica, adaptándose a las exigencias estéticas y urbanísticas del momento. El alfarero Antoni Tarrés i Bosch, con su taller de escultura, fue una figura clave en la transformación de la imagen urbana y se erigió en el máximo exponente de la denominada arquitectura de la terracota, replicada en muchas otras poblaciones. Las sociedades creadas y participadas por sus sucesores contribuyeron asimismo con gran creatividad al desarrollo y la difusión de la cerámica vidriada y de revestimiento requerida para los inmuebles de la flamante ciudad modernista. Este libro revela la historia inédita de un taller de producción de cerámica y terracota nacido en el barrio del Raval de Barcelona, que en la encrucijada entre la industria, la escultura y la arquitectura enriqueció el patrimonio artístico y arquitectónico de nuestro entorno.