Norman Lewis viajó tres meses por una Birmania que acababa de salir de la Segunda Guerra Mundial. Sus efectos estaban a la vista. Recorrió carreteras y ríos en transportes cargados de comerciantes, a veces escoltados por el Ejército. Pesaba la amenaza de una incursión comunista, alguna insurrección tribal o un asalto de bandidos. Y descubrió una tierra de deslumbrante belleza, de hospitalidad inquebrantable y con la espiritualidad a flor de piel. Una Birmania donde el director general de Prisiones citaba a escritores medievales ingleses, y el aliento budista alcanzaba incluso a las ratas. Para celebrar el ingreso de un hijo en un monasterio, se sucedían los espectáculos teatrales durante tres días. Todo lo recogió la mirada maravillada de Norman Lewis y lo fijó en un libro salpicado por destellos de humor y que exhala humanidad. Desde su publicación, Tierra dorada figura en cualquier selección de las obras maestras del género.
EL AUTOR
NORMAN LEWIS (Londres, 1908 - Saffron Walden, Essex, 2003) trabajó como fotógrafo de bodas para pagarse sus primeros viajes por España, Italia y los Balcanes. Durante la Segunda Guerra Mundial, lo reclutó el Servicio de Inteligencia británico, experiencia que relata su libro Nápoles 1944. Escribió obras de ficción, pero, sobre todo, es conocido por sus libros de viaje, entre los que destacan A Dragon Apparent y el presente Tierra dorada. En total publicó veintiséis libros. Consideraba uno de sus principales logros la reacción mundial que desató su reportaje "Genocide in Brazil", donde denunciaba los robos y las masacres que sufrían los pueblos amazónicos. La organización Survival International nació a la estela de esta reacción. Calificado como decano de los viajeros británicos por el escritor Anthony Burgess y como uno de los últimos secretos sin desvelar por su colega Pico Iyer, Norman Lewis siguió viajando fuera de los caminos trillados hasta los noventa años.