Recorrido práctico por las técnicas tradicionales que hacían crecer pimientos y tomateras sin nada de riego; trigo, cebada y avena con la ayuda del macho o la mula; y almendras, avellanas, olivas y vino allí donde antes solamente había monte bajo.
Con la colaboración de testimonios de un tiempo que ya es historia, este libro recupera unas prácticas agrícolas que se mantuvieron vivas hasta mediados del siglo pasado y que son imprescindibles para entender nuestro paisaje y nuestra cultura.