Ucrania es un país dividido. Desde la disolución soviética y la independencia en 1991, el este y el sur del país es mayoritariamente prorruso y el oeste y el norte es prooccidental. En el este predomina el ruso, la identidad se vincula a la industria, a las ciudades, a la Iglesia Ortodoxa rusa; en el oeste predomina el idioma ucraniano y la identidad está ligada a la agricultura y al campo. En 2014 Donetsk y Lugansk, las regiones del Donbass, se declararon independientes y estalló una cruenta guerra. Durante años no se alcanzó una solución y las violaciones de los alto el fuego han sido contantes. Este conflicto modificó las relaciones entre Ucrania y Rusia: se prohibieron los vuelos directos, cayó el comercio y, en 2019, la constitución de Ucrania estableció como objetivo la incorporación a la UE y a la OTAN. Esto desató el actual estado de Guerra Fría y guerra abierta. El periodista Ignacio Hutin llegó a la región de Donbass, dominada por los independentistas rusófilos, tras la crisis de 2014. Investigó el día a día de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, y