YIHAD Y RECONQUISTA

YIHAD Y RECONQUISTA

GUERRA EN ARAGÓN, NAVARRA Y CATALUÑA, SIGLOS XI-XII

28,95 €
IVA inclòs
Disponible
Editorial:
DESPERTAFERRO
Any d'edició:
Matèria
Historia de España
ISBN:
978-84-128068-3-0
Pàgines:
552
Enquadernació:
Rústica
Idioma:
Castellano

La Plena Edad Media constituye el periodo de mayor actividad bélica de la historia peninsular, un periodo infausto y épico a partes iguales en el que cristaliza el empuje de los reinos cristianos y la expansión feudal frente al menguante poder musulmán, al que, sin embargo, insuflará nuevos bríos la irrupción de los imperios norteafricanos de almorávides y almohades y su renovación de la yihad. Un periodo que a menudo se ha narrado privilegiando el acontecer en los territorios centro-occidentales de la Península, cuando precisamente el nordeste –lo que grosso modo sería Navarra, Aragón y Cataluña– constituye el crisol militar más abigarrado de todo el sur de Europa a partir del siglo XI. Un vórtice vertiginoso y violento en el que más de una decena de Estados feudales e islámicos giraban sobre sí mismos bajo fuerzas centrípetas y creaban unos modos de concebir y hacer la guerra que fueron, en cierto sentido, distintos a sus formas homólogas en el resto de la piel de toro.

Yihad y reconquista es un relato vibrante y renovado acerca de la política y la guerra en los señoríos y reinos cristianos y musulmanes del tercio oriental peninsular durante los siglos XI y XII, desde el desmembramiento del califato hasta la creación de la gran Corona de Aragón a horcajadas de la cordillera Pirenaica. Pero es mucho más, puesto que incorpora renovadores análisis de amplio calado en torno a la organización y las estructuras de los ejércitos cristianos y musulmanes, la geoestrategia, la financiación de la guerra, la logística y la inteligencia, las estrategias expansivas y defensivas o las operaciones en el medio táctico. Cabalgadas y razias, castillos y asedios, alianzas tornadizas y fronteras fluctuantes, en un convulso periodo que vio cómo el empuje cristiano se desbordaba desde los Pirineos hasta el Ebro, para voltear el equilibrio de poder entre cristianos y musulmanes y cambiar definitivamente el mapa de la Península.