Utilizado con frecuencia en el mundo de la magia, «cancamusa» es un término coloquial, ya en desuso, que significa: «dicho o hecho con que se pretende desorientar a alguien para que no advierta el engaño de que va a ser objeto».
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Durante tres años, una vez al mes, el fotógrafo José Ramón Vega y el poeta Víctor M. Díez se propusieron un reto singular: realizar juegos malabares con palabras e imágenes. Así, Vega seleccionaba tres fotos cada vez, en principio inconexas, para que sobre ellas Víctor improvisara un texto capaz de crear un trampantojo poético. Nada por aquí, nada por allá: la chispa del poeta sobre la yesca del fotógrafo. De aquellas cancamusinas, publicadas originalmente en la plataforma cultural Tam Tam Press, ha salido este libro. Como una destilación.