La enfermedad, como podemos descubrir a lo largo del libro, es la consecuencia de una manera equivocada de pensar y de un comportamiento erróneo, no es nuestra enemiga, ni algo que hay que rechazar; por el contrario, la enfermedad es una reacción inteligente de nuestro cuerpo y nuestra mente que nos conduce, si estamos dispuestos a escucharla, hacia un estado de equilibrio y de salud del cual nos habíamos apartado.
Si caigo enfermo, yo soy el creador de mi enfermedad. Si soy feliz, ha sido debido a mí. Si sufro, yo soy el responsable. Si disfruto de un estado de salud, yo me lo he ganado. Nada ni nadie puede ponerme enfermo ni tampoco hacerme feliz, excepto yo mismo. Yo creo mi cielo y también mi infierno. Cada uno recoge exclusivamente lo que él mismo ha sembrado. Tomar conciencia de ello es lo más importante para el ser humano, pues indica el inicio de la transformación y el comienzo de una nueva vida.
Mi experiencia así me lo ha demostrado, y es lo que quiero trasmitir en este libro para aquellas personas que estén dispuestas a asumir la responsabilidad de su sanación y quieran utilizarlo como guía. Para superar la enfermedad hemos de COMPRENDER el mensaje de los síntomas, porque CURARSE es, ante todo COMPRENDERSE.
Sanar no es lo mismo que curar. Mientras que curar se refiere a la desaparición de los síntomas físicos, sanar significa que dejamos de vivir como víctimas y empezamos a responsabilizarnos, a comportarnos como directores de nuestras vidas. Sanarnos es hacernos conscientes de la parte de la sombra que el síntoma encierra y asumirla para estar completos.
El paciente tiene que establecer comunicación con sus síntomas y asumir conscientemente lo que el síntoma trata de comunicarle. Son nuestros guías en el camino de la autocuración, pero debemos prestarle la atención adecuada, hacer una correcta interpretación y seguir sus consejos con absoluta valentía.
Por eso el objetivo de este libro es ayudar al enfermo a comprender el lenguaje de los síntomas.
Desde hace miles de años, la humanidad ha experimentado que en definitiva todas las enfermedades tienen un origen psíquico, lo cual es ya una verdad científica sólidamente establecida en el patrimonio del saber universal; tan solo la medicina moderna hace de nosotros, seres animados, un montón de fórmulas químicas.
Doctor Ryke Geerd Hamer