Corre, papá, corre! es un libro de cuentos sobre el padre ausente o sobre el que ha dimitido de su función, desde el padre que corre, como en el cuento que da título al libro, hasta el que aparece por sorpresa en casa con una bolsa de mandarinas. En la tradición coreana, la figura del padre tiene un papel muy importante: es el centro de la familia en una sociedad extremadamente patriarcal. ¿Qué pasa, entonces, cuando falta este pilar? ¿Qué les pasa a los hijos cuando los padres no ejercen de padres? Los cuentos de Kim Ae-ran podrían ser la respuesta, aunque van más allá y se enmarcan en un universo simbólico. Con humor e ironía, y también con extrañamiento, la autora retrata los fracasos y las dificultades de su generación, la nacida en los años ochenta del siglo xx, una generación que se va construyendo entre los restos de la tradición mientras intenta seguir el ritmo de una modernidad sin freno. Los relatos de Ae-ran nos acercan a un universo lejano, el coreano, y a su vez próximo, el contemporáneo, porque la precariedad laboral, la desestructuración familiar, los horarios laborales abusivos, la falta de vivienda y la soledad en las grandes ciudades son comunes para la mayoría de jóvenes de todo el mundo triste patrimonio de la globalización. Kim Ae-ran forma parte de la nueva generación de autores que han renovado la literatura coreana, y ahora tenemos la oportunidad de disfrutar por primera vez de su voz y su visión del mundo personalísimas.