Knud Rasmussen (también conocido como Kunupaluk) consiguió tal grado de conexión y conocimiento sobre los inuit, bastante reacios, en general, a compartir sus creencias y sus tradiciones, que sus obras son referencia obligada, incluso hoy en día, para todos aquellos que quieran acercarse a la gran cultura del Ártico.
Este libro no sólo es el ameno relato de su recorrido a través de la totalidad de los territorios habitados por los inuit, sino que recoge costumbres, cuentos, mitos y leyendas, e incluso descubre los primeros registros fósiles de la prehistoria esquimal.
Durante aquel periplo, Rasmussen se convirtió, además, en el primer hombre en cruzar el paso del Noroeste en trineo de perros y encontró restos de la expedición de John Franklin en el Erebus y el Terror y de la expedición de Andrée en globo.
Sin embargo, estos hechos quedan ensombrecidos por el incalculable valor de su trabajo de campo que abrió los ojos de Occidente a la verdadera y auténtica espiritualidad del pueblo inuit.