La conspiración monárquica que quiso acabar con Franco. Corre el año 1948 y, pese a que Franco parece afianzado en el poder, algunos cambios sutiles, aunque significativos, han tenido lugar en su despacho en el Palacio de El Pardo. Tras la derrota de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial han desaparecido los retratos de Hitler y Mussolini. Solo conserva una imagen del Papa y, sobre su mesa, un afilado lapicero rojo y azul que, desde hace semanas, utiliza sin descanso subrayando los informes que le remite su eficiente red de espías con el fin de controlar las actividades monárquicas. Gracias a ellos sabe que Don Juan está organizando la conspiración más ambiciosa de todas las que han tenido lugar hasta la fecha para derrocarle y que sus tentáculos alcanzan a todos los estamentos -tanto civiles como militares- del Régimen. El centro de la conjura radica en Estoril, donde el conde de Barcelona espera su momento, pero se extiende a otros lugares como Barcelona, Londres o el Norte de África. Todos parecen unir sus fuerzas contra él, desde la izquierda en el exilio hasta personajes de la talla del duque de Alba o el general Kindelán, hombres que antaño gozaron de su confianza. Don Juan contra Franco es el fruto de la minuciosa labor de investigación de Juan Fernández-Miranda y Jesús García Calero, quienes tuvieron acceso en exclusiva a los informes de aquellos meses, que aún conservan las anotaciones de puño y letra del dictador. Un relato absorbente que arroja nueva luz acerca de la llegada de Juan Carlos I a España y desmiente algunos mitos y lugares comunes sobre los apoyos reales de Franco en la primera posguerra, un momento clave de nuestra historia reciente. Algunas de las reacciones tras la divulgación de los Boletines de actividades monárquicas:
«Veo en el lápiz rojo del dictador no solo la gran cantidad de información que manejaba y el control absoluto que ejercía, sino un verdadero retrato de Franco.»
Ricardo García Cárcel «Los contactos de los monárquicos con el exilio, sobre todo socialista, tienen desarrollo en estos informes y son importantes porque pueden considerarse uno de los más lejanos antecedentes de la Transición.»
Juan Pablo Fusi «Amplían el entendimiento y dan mayor dimensión a la historia, que es una tarea colectiva de muchos historiadores.»
Stanley G. Payne «Son documentos interesantísimos que nos dan una visión interna de cosas que más o menos se sabían.»
Enrique Moradiellos «Una conspiración monárquica contra el franquismo que desencaja el mito épico de la izquierda como única resistencia.»
Ignacio Camacho «La verdad de la historia está -aun fragmentaria- en otro sitio: los archivos.»
Gabriel Albiac