El Parque Natural marítimo-terrestre de Cabo de Gata-Níjar, con una superficie de 49.512 hectáreas, de las que 37.500 son terrestres y 12.012 son marinas, fue declarado en 1987, convirtiéndose en el primer espacio protegido en Andalucía de carácter marítimo y terrestre. Reconocido mundialmente por la UNESCO en 1997 como Reserva de la Biosfera, cuenta, además, con las catalogaciones de Zona de Especial Protección para las Aves y Lugar de Interés Comunitario. Asimismo, desde junio de 2006, forma parte de las Redes Europea y Mundial de Geoparques. La mayor parte de los terrenos del Parque, de naturaleza volcánica, son de baja permeabilidad, lo que limita la presencia de grandes formaciones acuíferas, pero no la presencia de ciertas surgencias naturales y de pequeños acuíferos dendríticos albergados en las cuencas sedimentarias intravolcánicas. Estas aguas subterráneas han posibilitado hasta hace pocos años el desarrollo y mantenimiento de importantes aprovechamientos agrícolas y ganaderos, que han dejado en herencia un rico legado etnológico. La utilización, en muchos casos excesiva, de los escasos recursos hídricos subterráneos ha condicionado el suministro de algunos enclaves de poblaciones, además de jugar un papel esencial en el mantenimiento de la riqueza y diversidad ecológica del Parque.