Caminos que unen El Pirineo siempre se ha considerado una barrera, una frontera. Sin embargo, ni las posibles líneas naturales, ni por supuesto las políticas o administrativas creadas a partir del Tratado de los Pirineos firmado en 1659, han supuesto un obstáculo para sus moradores, para los montañeses del Pirineo. Más bien ha significado todo lo contrario, ha abierto puertas, ha posibilitado la interrelación de unas gentes, de una cultura ya milenaria: la pirenaica