A principios del siglo IV el emperador Constantino, llamado el Grande, concibio la idea de fomentar la recobrada unidad del decadente Imperio Romano apoyando y favoreciendo a los cristianos, muy numerosos, pero que estaban divididos, algo que no se ajustaba a sus planes. El lema de su Gobierno, era: Un solo Signo, un solo Imperio, un solo Emperador, y por eso le interesaba una sola y unica religion.