Jon Benito, Rutas botánicas por parajes de ensueño: Treinta y una rutas botánicas, treinta y un senderos para caminar con calma sin más intención que disfrutar del paisaje de las flores. No es esta una guía botánica ni un libro de montaña, pero tiene una mezcla de ambos mundos que tan bien se complementan. En este caso, sin embargo, los bosques, lagunas o cumbres no son el fin, sino una excusa para contemplar el paisaje desde un prisma diferente. El de treinta y un paisajes en cada uno de los cuales describiremos seis flores.
Ciento ochenta y seis paisajes, en consecuencia, micro paisajes diríamos, pues cada flor es una arquitectura única que se hace gigante, inaudita, cuando se observa de cerca. Hojas que atrapan insectos, frutos con extraños diseños, semillas de arquitectura asombrosa, unido a engaños, robos de alimento, , olores que tanto excitan a unos como repelen a otros, sustancias que matan o alimentan, depende de cuál sea tu grupo biológico. Tenemos la suerte de vivir en un territorio muy diverso, pues aquí confluyen las fuerzas climáticas del Cantábrico y las del Mediterráneo, la dura montaña y el suave litoral, bosques siempre verdes y los que se desnudan en invierno, marismas, turberas, dunas, un pequeño universo de ecosistemas habitado por miles de especies al alcance de nuestra inquieta mirada. De las 31 rutas botánicas que se describen, 22 discurren por espacios naturales, 5 por jardines botánicos, 3 son de carácter temático (plantas del litoral, especies invasoras y plantas tóxicas) y una es una propuesta para disfrutar pausadamente del mundo vegetal. En cada una se describe el itinerario y seis especies vegetales, acompañadas de imágenes.