El conjunto de valles colindantes, en cuyo mundo verde se sumerge plácidamente esta guía, poseen un vínculo que escapa a mundanas cuestiones de orden administrativo. Son tierras hermanas, gemelas, inseparables pese a las vetustas y artificiales aduanas fronterizas; y son valles muy verdes, posiblemente, los más verdes de los Pirineos. Los bosques copan buena parte del territorio. Baztan, Xareta y Baigorri no serían lo que son sin sus bosques como los robledales, hayedos y castaños repartidos por barrancos y faldas montañosas. El autor nos regala una interesante ruta turística que serpentea entre pastos, caserones y coquetos pueblos, además de treinta rutas montañeras por las cumbres que se asoma desde los confines pirenaicos más occidentales a las bravas aguas del golfo de Bizkaia y que, con los extensos pliegues de sus faldas dan forma a pequeños recovecos por los que se desplaza una energía, una esencia colectiva, que les confiere tanto a la morada natural como a quienes la habitan, un alma común.