Este libro de Francesc Valls (1966-2017) estudia el papel clave que jugó la viticultura en el arranque de la industrialización catalana. Y lo hace con una visión de largo plazo (desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XIX), que demuestra como las estrechas relaciones que existieron entre las exportaciones de aguardientes y vinos catalanes a los países del Norte de Europa y de América y las importaciones de telas de lino, primero, y de algodón en rama, después, procedentes de esos mismos mercados, fueron un factor esencial que impulsó la Revolución Industrial en Cataluña. Asimismo, este libro pone de relieve también la evolución del comercio marítimo de Cataluña en el tránsito de la Edad Moderna a la Contemporánea, que se caracterizó por una decidida expansión hacia el océano Atlántico.