El lector tiene en sus manos el segundo libro sobre las cuevas de la Tierruca de manos de «Llambriales». Con el estilo propio que le caracteriza, Carlos Lamoile nos muestra 70 cavidades con sello personal, de las que permanecen en la memoria de cualquier visitante cuando las descubre. Recorriendo los distintos macizos de Cantabria, además de hablarnos de espeleología, nos hace disfrutar de las aproximaciones y de los paisajes. Incluso quien compre la guía solo para localizarlas, no quedara defraudado con los entornos naturales que las rodean. Algunas de estas cuevas y galerías llaman la atención por su fácil localización, aunque permanecen ocultas para quien no sabe cómo encontrarlas. Otras tienen ese punto de aventura, de reto, que nos llama a los que ya recorrimos muchas de las que nos mostró en su primer libro, Los sótanos de la Tierruca, siendo complicado su acceso sin la información adecuada. No es la segunda parte de su primer libro, pero, de alguna forma, sí lo es. Ambos libros se complementan. Aquellos que disfrutaron de las cavidades del primero, verán con satisfacción que lo aprendido les resu