CABRERA, DANIEL / GIJÓN, Mª DOLORES
La ciudad roja, acaso la más bella de las ciudades imperiales de Marruecos, es hoy dÃa el principal destino turÃstico del sur del paÃs magrebÃ. La maraña de callejuelas que conforman la medina, ciudad vieja de Marrakech, parten de la mÃtica plaza de Jemaa el Fna. Allà cada atardecer humean los puestos de comida; narran los cuentacuentos ancestrales aventuras heroicas; asombran con sus números tragasables, saltimbanquis o tragafuegos. En la plaza comienzan los zocos, donde los cinco sentidos se ven apabullados por la avalancha de estÃmulos. El laberinto de la medina oculta palacios imponentes como El Badi o de la Bahia, la fascinante madrasa (escuela coránica) Ibn Yusseff, junto al bello museo de Marrakech, o el vistoso barrio de los curtidores. Fuera de la ciudad antigua, los jardines, especialmente el pictórico JardÃn Majorelle, o el paseo por el palmeral. Vale la pena alojarse en un un elegante riad (palacio reconvertido en alojamiento) y degustar la exótica gastronomÃa nacional en cualquier restaurante. Si sobra algo de tiempo, no faltan excursiones de uno o varios dÃas desde Marrakech.