LUIS MAZARRASA, LUIS COARASA Y JUANA BARCELO
Menorca es una de las islas más bellas del Mediterráneo y tiene todo lo que se le puede pedir: unas doscientas playas de todo tipo pequeñas calas, largos arenales en forma de media luna, totalmente expuestas al mar; urbanizadas y con todos los servicios necesarios o salvajes a las que hay que llevar hasta la botella de agua para sobrevivir...-, un mar turquesa, un clima moderado, unos pueblos preciosos y unos restos arqueológicos que hacen las delicias de los aficionados a los viajes culturales.
Además, su tamaño es ideal para recorrer todos sus caminos y llegar hasta el último rincón o darse un baño en la cala más remota aunque no se disponga de mucho tiempo.
Menorca se ha convertido en uno de los lugares favoritos de los españoles y últimamente de los extranjeros también- para pasar sus vacaciones de verano, mientras que en invierno disfruta de un turismo que viene a jugar al golf, a hacer senderismo o excursiones a caballo o a explorar su riquísimo patrimonio arqueológico que le ha valido el calificativo de museo al aire libre.
Y para rematar, Menorca cuenta con un hábitat tan especial que está declarada Reserva Mundial de la Biosfera.