Los considerados animales de compañía, a los que desde hace siglos el hombre ha procurado el alimento, han perdido el sentido para rechazar las plantas que les perjudican. Estas plantas pueden encontrarse en un parque público o en un domicilio particular sin pensar que su ingestión podría resultar fatal tanto a niños como a perros y gatos. Todas estas plantas se describen en este libro, junto con una introducción a su toxicología y un estudio de sus posibles reacciones adversas, de interés tanto para dueños como para veterinarios.