Pedro Castillo, abogado de Barcelona con prestigio y con un buen cargo político, a sus casi cincuenta años se siente atrapado, como muchas otras personas, por una tela de araña que él mismo ha ido colaborando a tejer por aceptar compromisos que se han ido volviendo cada vez más exigentes y más perturbadores. También por caer en pasiones tan placenteras que crean adicción.
Con mucha dificultad consigue retirarse a vivir un tiempo prolongado en una aldea de montaña con muy pocos vecinos, en una zona de campo, monte y bosque, con más pueblos abandonados que habitados, aunque cerca de otros con vitalidad.
Después de unos meses de vida sosegada y placentera, ocurren tragedias en la zona en las que se ve implicado. Comienzan para él graves complicaciones que le van produciendo inquietud y hacen torcer mucho sus planes.
También conoce a un grupo de jóvenes, chicos y chicas, que pasan unas largas vacaciones en un pueblo abandonado cercano. Su vida por allí es atípica, desapegada de las normas sociales de conducta y desconectada de los poderes. Procuran que no los afecten en su periodo de ocio ni en su existencia diaria. Pedro se siente atraído por su forma de pensar y de vivir y se va mezclando con ellos. Esto le proporcionará placeres, pero también desasosiego y retorno a lo que pretendía dejar.
Todos los personajes de esta novela son de ficció