Pocos visitantes sospechan que a un paso de la Giralda se extiende una sorprendente región, mezcla perfecta entre el lado salvaje y agreste de Sierra Morena oriental, y la belleza frondosa y hecha a mano de la parte occidental de esta cordillera.
Desde extensas superficies de monte mediterráneo muy bien conservado, hasta los huertos que aún se visten de otoño en el entorno de sus pueblecitos blancos. Desde las alturas de sus innumerables cerros y lomas, hasta los valles por los que se escapan sus ríos. Desde sus llanos casi esteparios, hasta los bosques de portentosos quejigos y alcornoques. Desde sus dehesas ganaderas, hasta las impenetrables laderas de matorral. Todo ello tiene cabida en Sierra Morena Sevillana, una enorme comarca llena de encantos naturales y patrimoniales que tiene mucho que ofrecer al senderista, al turista curioso y, por supuesto, al naturalista: una nutrida comunidad de rapaces, capitaneada por el buitre negro y por las águilas imperial ibérica, real y perdicera; anfibios y reptiles perfectamente adaptados a la dureza del clima mediterráneo; ríos en los que medran colmillejas, bogas, cachos y calandinos, sustento de nutrias y cigüeñas negras; mosquiteros ibéricos, picos menores y otros pájaros que alegran las florestas; sofisticadas orquídeas que crecen al pie de roquedos donde anidan vencejos moros y búhos reales; bellísimas mariposas, como la amenazada Euphydryas aurinia, que pueden posarse en avellanos y arces de Montpellier; ríos cortejados por interminables galerías de alisos, refugio de Oxygastra curtisii, Calopteryx xanthostoma y otros raros odonatos; tierras donde la ortega y la calandria sacan adelante a sus polluelos; cañones fluviales que todavía esconden el vuelo del alimoche; mil y una manifestaciones de una rica geología que cuenta con reconocimiento internacional
Si una palabra caracteriza a la naturaleza de Sierra Morena Sevillana, es diversidad. ?El lector encontrará en estas páginas 15 propuestas de distinta tipología (trayectos en coche, rutas a pie, paseos para hacer en familia y puntos fijos de observación) y de diferente grado de dificultad, dirigidas tanto al experto naturalista como al pajarero que se inicia, para empaparse de este fascinante territorio.