El misterioso lobo aguza su olfato y campea las elegantes cimas nevadas de los dosmiles más altos de La Rioja y Burgos.
Cuando las ventiscas que dieron origen a evocadores circos glaciares se hacen insufribles, penetra en profundos barrancos cubiertos de altivos hayedos.
Mientras se esconden los ciervos, saltan salvajes las cascadas que usaron mineros y ferreros, allí donde calmaban la sed merinas y pastores antes de ir a las lejanas tierras del sur. Mil rincones de ensueño aguardan la visita del caminante que aquí viene a gozar de la Naturaleza.