Este libro recoge las experiencias personales de la autora, fruto de las estancias en diversas zonas de México y Guatemala, durante los veranos de 2015 y de 2016. En el primer viaje, motivada por visitar a su hijo Pau en Ciudad de México, convive estrechamente con familias del país. Con Rosa, compañera de ruta, hacen una inmersión en la vida y costumbres de los mexicanos. En el segundo viaje se añade su hijo Fran, quien colabora activamente con su hermano en la organización de una ruta por el litoral de la península que baña el Mar de Cortés. Provenientes de diferentes países del mundo, los cuatro viajeros se reencuentran en La Paz, capital de la Baja California Sur, sin indicios ni expectativas de lo que les depara la aventura que están a punto de emprender. La autora nos dice: «Estoy satisfecha de haber convivido intensamente con mis hijos en este país fascinante, al que me siento conectada y en el que me encuentro bien acogida. He profundizado sobre las culturas azteca y maya, y me llevo un recuerdo muy especial de los buenos momentos compartidos con las amistades surgidas a lo largo del camino».
Admiro a los mexicanos por la forma de vivir el presente, de tomarse la vida con calma. Me encanta, por encima de todo, la alegría que transmiten.