La consolidación de los Estados nación a principios del siglo XIX dio origen a los relatos identitarios que explicaban el pasado como un elemento determinante para la cohesión social, y que hallaron en la investigación en prehistoria y arqueología los datos empíricos necesarios para su creación. En este libro continuación de La construcción de una identidad nacional. Arqueología, patrimonio y nacionalismo en Cataluña (1850-1939) se analiza la evolución de la arqueología científica en España desde mediados del siglo XIX hasta el final de la Guerra Civil, de qué modo se concibió y empleó en la docencia superior, qué estructura administrativa y proyección internacional tuvo, cómo se desarrollaron los centros de investigación y los trabajos de campo, y, sobre todo, cómo utilizaron políticamente los resultados no solo el Estado, sino también los incipientes nacionalismos y regionalismos. Se completa así un recorrido por los orígenes de la arqueología en España que arroja luz sobre las complejas relaciones entre historia, política e identidad nacional.