Marrakech, Fez, Meknés y Rabat son las cuatro ciudades más monumentales de Marruecos, y conforman un popular recorrido que se suele denominar "Ciudades Imperiales". En ellas el viajero podrá sumergirse en la fascinante historia del país magrebí, contemplar sus monumentos más representativos y, no menos importante, imbuirse en el ambiente de las ciudadesantiguas marroquíes, las medinas. Las cuatro ciudades pueden visitarse en un recorrido de al menos una semana. Marrakech, la ciudad roja, destaca por su mágica medina cuyo carácter está marcado por la situación de la ciudad, entre las montañas y el desierto. Fez cuenta con la medina más grande, antigua y laberíntica, mientras que Meknés ofrece una singular monumentalidad ligada al sultán Mulay Ismail, y unos alrededores en los que no hay que perderse el pueblo santo de Mulay Idris y el yacimiento romano de Volúbilis. Por último Rabat, la capital, permite apreciar como ninguna otra el contraste entre modernidad y tradición en el que se mueve el Marruecos actual, y por supuesto posee una buena nómina monumental encabezada por la icónica Torre Hasán.