Cuando a finales de mayo de 1808 Cantabria se levantó contra el invasor francés, sus habitantes comenzaron a organizarse en varios batallones que formarían una División Cántabra . Esta denominación se mantuvo, oficial u oficiosamente, durante toda la Guerra de la Independencia, y en efecto aunque también formaron en sus unidades reclutas palentinos, burgaleses o vizcaínos, la mayoría de sus componentes fueron oriundos de la Montaña Este libro estudia por primera vez sus inicios, su evolución y la composición de sus regimientos y batallones, además de su valor táctico. Lejos de la tradicional descripción de esta división como guerrillera , se demuestra su carácter totalmente regular dentro de la estructura de los Reales Ejércitos españoles.